Verónica Perdom: "Volví de la muerte"
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La participante del Bailando 2012 que sufrió un ACV y hoy está totalmente recuperada contó como fueron sus peores momentos. Le dieron dos horas de vida, se despertó dos meses después con pañales, sin poder hablar ni caminar. Hoy conmueve a todos en el programa de Tinelli. De no creer.
Verónica Perdomo tiene una historia conmovedora, después de sufrir un ACV, estar al borde de la muerte y ahora totalmente recuperada bailando por un sueño. En primera persona contó que el primer síntoma lo tuvo en Santiago de Chile, donde estaba trabajando en un exitoso programa de la televisión de allá. Tuvo fiebre, le decían que podía ser Gripe A, y se sintió tan mal que dijo: “Fue un shock tremendo, quería un avión ya, si me muero que sea en mi país”.
“Me senté en el avión, dije, me voy a dormir y nunca más desperté. Mi cerebro se desconectó y al partir de ahí hablo por cosas que me contaron”, dijo en diálogo con la revista Caras.
Cuenta que después de eso su ex llamó a un médico, le dijeron que era Gripe A, pero no se convenció. Mejoró un poco, pero notó que cuando miraba la tele la mitad no la visualizaba. “Ese fue un dato que alertó a mi ex, quien se había informado mucho sobre el ACV, él fue el primero que me salvó la vida”. Ahí la llevó al hospital, le hicieron un estudio que detectó un derrame importante.
“Llamaron a un médico especialistas en situaciones límites, me medicó, pero le advirtió a mi familia que iba a quedar con secuelas importantes y que el panorama iba a ser pesimista”. Y una trombosis en los pulmones complicó todo y fue ahí cuando Verónica se sintió “casi muerta”. Pero sucedió el milagro el 15 de julio de 2009 cuando abrió los ojos por primera vez.
En el medio de su recuperaciuón fallecieron su papá primero y su hermano después, golpes que pudo superar, pero que no dejan de ser un dolor infinito. “El destino me había dado otra oportunidad de estar viva y ahora disfruto de cada momento como si fuese el último. Yo no le tengo miedo a la muerte, siento una paz muy grande”.
Volvió a trabajar vendiendo ropa en la Plaza Serrano, con un casco puesto para proteger el cerebro y las dificultades para hablar que la gente pensaba que era extranjera. Hasta que llegó la gran chance de estar en el Bailando 2012, donde sorprendió a todos.
“Me siento una persona normal a la que por malas ondas le pasó de todo. Y si todo lo que cuento ayudo a mejorar la vida de otros, me siento una afortunada. La vida me dio una oportunidad es estar viva y encima estoy en lo de Tinelli luchando por un sueño para chicos con historias de vida terribles”, cerró.
Verónica Perdomo tiene una historia conmovedora, después de sufrir un ACV, estar al borde de la muerte y ahora totalmente recuperada bailando por un sueño. En primera persona contó que el primer síntoma lo tuvo en Santiago de Chile, donde estaba trabajando en un exitoso programa de la televisión de allá. Tuvo fiebre, le decían que podía ser Gripe A, y se sintió tan mal que dijo: “Fue un shock tremendo, quería un avión ya, si me muero que sea en mi país”.
“Me senté en el avión, dije, me voy a dormir y nunca más desperté. Mi cerebro se desconectó y al partir de ahí hablo por cosas que me contaron”, dijo en diálogo con la revista Caras.
Cuenta que después de eso su ex llamó a un médico, le dijeron que era Gripe A, pero no se convenció. Mejoró un poco, pero notó que cuando miraba la tele la mitad no la visualizaba. “Ese fue un dato que alertó a mi ex, quien se había informado mucho sobre el ACV, él fue el primero que me salvó la vida”. Ahí la llevó al hospital, le hicieron un estudio que detectó un derrame importante.
“Llamaron a un médico especialistas en situaciones límites, me medicó, pero le advirtió a mi familia que iba a quedar con secuelas importantes y que el panorama iba a ser pesimista”. Y una trombosis en los pulmones complicó todo y fue ahí cuando Verónica se sintió “casi muerta”. Pero sucedió el milagro el 15 de julio de 2009 cuando abrió los ojos por primera vez.
En el medio de su recuperaciuón fallecieron su papá primero y su hermano después, golpes que pudo superar, pero que no dejan de ser un dolor infinito. “El destino me había dado otra oportunidad de estar viva y ahora disfruto de cada momento como si fuese el último. Yo no le tengo miedo a la muerte, siento una paz muy grande”.
Volvió a trabajar vendiendo ropa en la Plaza Serrano, con un casco puesto para proteger el cerebro y las dificultades para hablar que la gente pensaba que era extranjera. Hasta que llegó la gran chance de estar en el Bailando 2012, donde sorprendió a todos.
“Me siento una persona normal a la que por malas ondas le pasó de todo. Y si todo lo que cuento ayudo a mejorar la vida de otros, me siento una afortunada. La vida me dio una oportunidad es estar viva y encima estoy en lo de Tinelli luchando por un sueño para chicos con historias de vida terribles”, cerró.