“Yo no doy por cerrado ningún éxito"
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Daniel Hendler reconoció que gracias a su protagonismo en Graduados pudo “derribar prejuicios y comprender que ningún medio es del todo puro”. El actor dio una extensa entrevista en la que analizó el "boom" de la tira que promedia 23 puntos de rating cada día por Telefe.
“Cuando empecé a estudiar teatro creía que, a diferencia del cine, la televisión era mala palabra. Pero cuando arranqué a trabajar entendí que no existen los blancos y negros, que ni la tele es toda mala ni el cine es todo bueno. Que lo importante son los desafíos que uno se impone en cada laburo que encarara”, afirmó Daniel Hendler a la agencia Télam.
“Es cierto que la tele es un mundo que maneja un caudal importante de negocios. Por esto una gran responsabilidad recae en cargos que no tienen como prioridad la recreación, la educación y la discusión de valores, sino el funcionamiento de una empresa, pero uno entra en el medio y tiene que tratar de llevar su oficio con la mayor dignidad posible”, refiere.
El actor, que es un símbolo del director de cine Daniel Burman y se hizo popular por su participación en una publicidad de una empresa de telefonía, se reconoce en pleno proceso de adaptación a la fama repentina que le prodigó “Graduados”.
El ciclo que obtiene promedios de 23 puntos de rating completa su elenco con Roberto Carnaghi, Mirtha Busnelli, Juan Leyrado, Julieta Ortega y Mex Urtizberea, entre otros, fue el único programa capaz de vencer al temido “ShowMatch” de Marcelo Tinelli, que durante esta temporada no pudo repetir el liderazgo indiscutido que venía manteniendo desde hacía 15 años.
A pesar de esto, Hendler sigue rehuyendo del exitismo y apuesta, según aseveró, a “no perder la seriedad en el trabajo”.
“Yo no doy por cerrado ningún éxito, porque estamos en la mitad del proceso y entiendo que si perdemos la seriedad en el trabajo, mereceríamos que la audiencia se vaya a ver otra cosa”, sentenció.
Al referirse al interés del público por la tira, Hendler no dudó en adjudicarlo a “la riqueza de los personajes. Todos tienen sus contradicciones, pelean por lo suyo e, incluso, las zonas más grotescas que toca cada uno de los papeles tienen detrás una verdad”.
En su caso, cada línea que debe interpretar responde a la voz de Andrés Goddzer, un parsimonioso e irritante paseador de perros de 38 años, que vive con sus padres y se resiste al paso del tiempo, que se encuentra con una realidad inesperada: la aparición de un hijo (Gastón Soffritti) de 18 años producto de un encuentro ocasional que tuvo con Loli Falsini (Dupláa) en la fiesta de graduados de 5to año.
Extrañamente, en una pantalla chica que aparecía recalentada únicamente por discusiones escandalosas y mujeres cada vez más sueltas de ropa, la apuesta por una ficción de corte más familiar aparecía como una apuesta arriesgada e, incluso, fuera de contexto.
Y culmina con su punto de vista al asegurar que “para mí no son más que prejuicios, porque si bien es cierto que cuerpos desnudos, armas o quilombos atraen a la gente, no quiere decir que lo demás no atraiga y que el público no agradezca que se haya apostado a un programa que no apele a esas fórmulas. Lo que está claro es que hay cosas que siempre funcionan, todo lo demás depende de la química y de cómo estén hechas, pero en este caso creo que apostaron a cosas que quizás tenían un golpe menos inmediato, pero que funcionan y tienen esa química”.
“Cuando empecé a estudiar teatro creía que, a diferencia del cine, la televisión era mala palabra. Pero cuando arranqué a trabajar entendí que no existen los blancos y negros, que ni la tele es toda mala ni el cine es todo bueno. Que lo importante son los desafíos que uno se impone en cada laburo que encarara”, afirmó Daniel Hendler a la agencia Télam.
“Es cierto que la tele es un mundo que maneja un caudal importante de negocios. Por esto una gran responsabilidad recae en cargos que no tienen como prioridad la recreación, la educación y la discusión de valores, sino el funcionamiento de una empresa, pero uno entra en el medio y tiene que tratar de llevar su oficio con la mayor dignidad posible”, refiere.
El actor, que es un símbolo del director de cine Daniel Burman y se hizo popular por su participación en una publicidad de una empresa de telefonía, se reconoce en pleno proceso de adaptación a la fama repentina que le prodigó “Graduados”.
El ciclo que obtiene promedios de 23 puntos de rating completa su elenco con Roberto Carnaghi, Mirtha Busnelli, Juan Leyrado, Julieta Ortega y Mex Urtizberea, entre otros, fue el único programa capaz de vencer al temido “ShowMatch” de Marcelo Tinelli, que durante esta temporada no pudo repetir el liderazgo indiscutido que venía manteniendo desde hacía 15 años.
A pesar de esto, Hendler sigue rehuyendo del exitismo y apuesta, según aseveró, a “no perder la seriedad en el trabajo”.
“Yo no doy por cerrado ningún éxito, porque estamos en la mitad del proceso y entiendo que si perdemos la seriedad en el trabajo, mereceríamos que la audiencia se vaya a ver otra cosa”, sentenció.
Al referirse al interés del público por la tira, Hendler no dudó en adjudicarlo a “la riqueza de los personajes. Todos tienen sus contradicciones, pelean por lo suyo e, incluso, las zonas más grotescas que toca cada uno de los papeles tienen detrás una verdad”.
En su caso, cada línea que debe interpretar responde a la voz de Andrés Goddzer, un parsimonioso e irritante paseador de perros de 38 años, que vive con sus padres y se resiste al paso del tiempo, que se encuentra con una realidad inesperada: la aparición de un hijo (Gastón Soffritti) de 18 años producto de un encuentro ocasional que tuvo con Loli Falsini (Dupláa) en la fiesta de graduados de 5to año.
Extrañamente, en una pantalla chica que aparecía recalentada únicamente por discusiones escandalosas y mujeres cada vez más sueltas de ropa, la apuesta por una ficción de corte más familiar aparecía como una apuesta arriesgada e, incluso, fuera de contexto.
Y culmina con su punto de vista al asegurar que “para mí no son más que prejuicios, porque si bien es cierto que cuerpos desnudos, armas o quilombos atraen a la gente, no quiere decir que lo demás no atraiga y que el público no agradezca que se haya apostado a un programa que no apele a esas fórmulas. Lo que está claro es que hay cosas que siempre funcionan, todo lo demás depende de la química y de cómo estén hechas, pero en este caso creo que apostaron a cosas que quizás tenían un golpe menos inmediato, pero que funcionan y tienen esa química”.
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